Técnicas de fragmentación del espacio escénico.
Para muchos, el cine es una forma de ocio que sirve para evadirse o distraerse, simplemente es un mero espectáculo. Para otros es mucho más que eso, es un oficio de culto, catalogado como “El séptimo arte” y que dicha obra audiovisual pueda transmitir denuncias, actualidad, críticas, referencias a otras películas, reflexiones, hasta el punto de transmitir una catarsis o un renuevo en el espectador.
«Cada historia, cada imagen puede contarse en miles de formas. El problema es saber cuál es la más idónea según lo que buscas en cada historia y en cada imagen.
Por tanto lo difícil es escoger el punto de vista más idóneo y el lugar adecuado para colocar la cámara» Ernst Lubtisch.
Esta frase es ideal para introducir el tema.
Antes de profundizar en el lenguaje cinematográfico, tanto en los diferentes estilos o recursos se aprenderá las características de la imagen, y como se fragmenta (encuadre, el marco, el campo visual…)
Encuadre: Se trata de escoger cuál es la mirada o punto de vista también determinar los límites del mismo. Se realiza mediante el visor y el objetivo, primero se visualiza en el marco del fotograma y después ya en la pantalla.
Marco: En este caso, el borde queda físicamente representado en la imagen como una limitación a la que no puede sobrepasarse: Digamos que resguarda el contenido de la imagen con sus márgenes, como si fuera una pintura o una foto puesta en el salón de una casa.
Campo: Es el contenido visual en sí de la imagen, todo lo que hay en ella, y lo que el espectador ve.
Todo esto se denomina «Técnicas de fragmentación del espacio escénico».